Señoras embarazadas que no han recibido un buen asesoramiento sanitario muchas veces se deshacen de su gato. El motivo es la toxoplasmosis, una enfermedad infecciosa que el gato puede transmitir a las personas. Pero ésta es una decisión que casi siempre se toma por ignorancia, falsas alarmas y consejos erróneos.
La Toxoplasmosis es una enfermedad producida por un microorganismo llamado Toxoplasma gondii. Este microorganismo, durante su desarrollo, puede afectar a los gatos y transmitirse a otros animales, entre ellos las personas.
Los gatos sanos no desarrollan ningún síntoma, y la infección prácticamente no les afecta. Los gatos enfermos o inmunodeprimidos pueden desarrollar la enfermedad, manifestando una gran variedad de síntomas (digestivos, respiratorios, oculares…) y siendo su clínica muy variable (desde ser banal y curarse solo, a ser mortal).
Justo después de haberse infectado, el gato enfermo elimina el microorganismo por las heces solo durante unos 7 a 14 días. Pasadas estas dos semanas, el gato que ha sido infectado no puede contagiar la enfermedad.
El microorganismo, una vez el gato ha defecado y está en el ambiente, no tiene capacidad infectiva hasta que ha pasado de uno a tres días. Durante las primeras 24 horas, el microorganismo que se encuentra en las heces no puede transmitir la enfermedad.
Saber si nuestro gato es portador de la toxoplasmosis es posible mediante un análisis de sangre (para detectar anticuerpos). Saber si está eliminando el microorganismo por las heces es posible mediante un simple análisis coprológico. Ambas pruebas las realizan de rutina todos los laboratorios veterinarios.
El tratamiento, en el gato, es sencillo y efectivo en todos los casos. Se administra un antibiótico de uso común – llamado Clindamicina- durante menos de diez días.
La transmisión de la Toxoplasmosis a las personas es especialmente importante para los afectados por el virus HIV, y para las mujeres embarazadas, sobre todo durante los dos primeros tercios de gestación.
Las mujeres sin anticuerpos contra el microorganismo (esto se determina en los análisis sanguíneos rutinarios que se hacen a todas las mujeres embarazadas) son susceptibles de transmitir la enfermedad al feto, lo que puede provocar ceguera, retraso mental y convulsiones al recién nacido, o aborto.
Una vez dicho esto, y a modo de resumen, hay que tener en cuenta que:
La Toxoplasmosis es una enfermedad que el gato puede adquirir si está inmunológicamente deprimido y si come carne cruda de animales infectados, o es hijo de una de una gata afectada.
Una persona puede adquirir la enfermedad si:
® Ingiere accidentalmente heces de un gato enfermo durante las dos semanas en las que el gato elimina el microorganismo.
®Las heces han pasado más de 24 horas en la bandeja de arena.
Ésta persona, si es una mujer embarazada de menos de seis meses de gestación, puede poner en peligro la salud del feto si no tiene anticuerpos contra la enfermedad.
Hay otras formas de transmisión de la enfermedad a las personas: comiendo frutas u hortalizas crudas mal lavadas, comiendo carne cruda, sobretodo de cerdo, en actividades de jardinería; sobre todo si se utilizan abonos orgánicos de origen animal.
Por lo tanto, si es usted mujer, está embarazada y convive con un gato:
®Hable con el veterinario, consulte con él el historial del animal, que practique un examen médico y si lo considera necesario, háganle analíticas de sangre y heces.
®No manipule la bandeja de arena, quién se ocupe de hacerlo, que la limpie diariamente.
®Limpiar los útiles del gato con agua en ebullición.
®No alimente su gato con carnes crudas.
®No adopte ningún gato durante los primeros meses de gestación.
®Pero tampoco coma carnes crudas, hortalizas y fruta cruda sin lavar, ni manipule abonos orgánicos.
Y siga disfrutando de la compañía de su gato. NO se deshaga de él.